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  • Foto del escritorAgustina la prende pueblo

Mujeres que escrachan a otras

Escrachar es básicamente "boletear" en nuestra jerga ("cancelling" en inglés). Ejemplo, #metoo, R.Kelly o M. Jackson. Y si, todo esto lo inventaron mujeres negras como estrategia de supervivencia (no olvidemos que supervivencia y radicalismo son dos términos opuestos, dos soluciones distintas al mismo problema).


Comienzo diciendo que no es algo nuevo, no refiriéndome a la vieja confiable de exponer sobre la palestra la vida de las mujeres hasta sacrificarlas públicamente cómo siempre ha sucedido, me refiero mas bien al acto de denunciar mujeres que abusan de otras mujeres y niños, o por conveniencia personal, o por aprobación masculina (aprovecho y les dejo el link de tu ídolo en donde claramente pueden ver mujeres del ámbito sociopolítico y artístico escrachadas como cualquier mortal por otras mujeres). No hace falta decirles que este no es un espacio para male tears, si acaso está pensando "y las mujeres que abusan de los hombres?" Los hombres siempre han tenido el privilegio de escrachar a las mujeres por "perras", "locas" y demás... desde que tengo memoria, así que aquí no se les va a consolar.


También he escrachado mujeres (de hecho, ahora soy una chismosa que escracha mujeres por bobadas y por eso necesito terapia). Muchas son las mujeres que me han hecho daño, que me han lastimado sin pensar en "discutirlo" antes de decidir que estuvo bien hacerlo o que yo lo merecía, sin embargo, solo he escrachado a 3, porque lo hicieron primero: La primera, una "feminista negra" (aunque creo que ya decidió que no lo era) creyó que era muy divertido decirle a hombres frustrados que odian a cualquier mujer que les mire feo, que yo era modelo webcam, e incluso participar activamente en un acto criminal incitándoles a que esparcieran por what's app un vídeo que exponía mi vida sexual. La segunda, una feminista negra que regó rumores sobre mi a las mujeres activistas de mi círculo, básicamente les dijo que yo era una persona peligrosa y que las iba a poner en peligro por hablar con mestizas. La tercera, una niña (que no es feminista, aunque son feministas las que la leen, una estrategia a lo "matador") por la que sacrifiqué mi 2019 para que pudiera ubicarse y encontrarse, en mi casa, en mi mesa... Al final lo único que pudo concluir de mi es que era una mujer hetera harta, asérrima y obsesionada con crear un proyecto que estudia la mente masculina y que alejarse de toda esa flema le cambió la vida, entre otras cosas horribles que no pudo decir en otro espacio que no fuera facebook, en mi cara, por ejemplo.


En cada una de esas situaciones estuve expuesta, mi salud física y emocional se deterioró, mis planes se atrasaron, perdí contactos, alianzas, amigos, personas, espacios seguros (tengo este problema de que todo me afecta demasiado) y lo más seguro es que nunca a ninguna de las tres se le pase por la cabeza siquiera disculparse o reconocer que hicieron algo que no debían en lugar de, o relativizarlo (la primera) o politizarlo/patologizarlo (la segunda) o poetizarlo (la tercera), todas excusas creativas de hecho, para poder vivir en paz con el error y no tener que pensar en ello (porque hoy nadie agacha la cabeza y desaparece de la escena ante el error, hoy la amoralidad, lastimar o traicionar a tus amigos se celebra como algo transgresor o "aesthetic").


He escrachado mujeres porque lo han hecho conmigo primero (no tanto por un delito), y todas estas mujeres abusivas han llegado a la brillante conclusión de que "el escrache es solo para el violador", que el resto es chisme, drama o ganas de llamar la atención (resulta un poco familiar) ¿Es una forma de gaslighting o hay algo de verdad en eso? Voy a hacer un esfuerzo infrahumano por ignorar el hecho de que si fuera cierto, en primer lugar, no me hubieran expuesto como lo hicieron (no fue el diálogo precisamente la primera opción que contemplaron aunque para dar lecciones de moralidad lo saquen a colación), o que es obvio que tienen miedo de asumir la responsabilidad por sus actos. Analicemos las causas del porqué el escrache entre mujeres dentro del progresismo, está en aumento, no para justificarlo, o para fingir que personas inteligentes están mentalmente impedidas para asumir las consecuencias de sus acciones y que hay que sentarse con ellas a "dialogar" cosas obvias mientras tienen su vida mas resuelta que la tuya; si no para evitar que en primer lugar, se lleguen a las acciones que desatan un escrache.


Mi problema con el escrache, schadenfreude:


Suponiendo que dé los resultados deseados y la persona escrachada sea de verdad cancelada por su medio (en mi caso, fue todo lo contrario, me escracharon y quedé como una persona horrible, ahh pero cuando yo lo hice, también quedé como una persona horrible), dentro de cada persona existe este morbo de ver caer al otro, el placer que provoca destruirlo incluso si eso de ninguna forma le beneficia. Cuando escrachas tus "buenas intenciones" se combinan con el schadenfreude de otras personas y obtienes una receta mortal para el caos. Cuando Dairon nos engañó a todos y se aprovechó de todo ese "despertar" negro omitiendo convenientemente la parte en la que robaba en un supermercado, despertó, por así decirlo, ese chip de sed de sangre negra que las personas mestizas siempre han tenido ahí empolvado hasta el punto de ser, prácticamente, linchado por estas (otro ejemplo, la asamblea aquella o el futbolista que le corto las extensiones a su mujer); lo que a su vez permitió que se justificara el robo o que simplemente pasara a un segundo plano.


Si bien la persona que gritó "ladrón! ladrón!" debía anunciarlo para que los del supermercado llamaran a la policía o para que el vigilante lo agarrara o genuinamente las personas cerca lo capturaran y lo llevaran de vuelta al supermercado a pagar lo robado ¿Fue esa denuncia lo que desató el desastre o fue el racismo? ¿Entonces no debía denunciarse en primer lugar? ¿Existe acaso una forma correcta de denunciar que no desate un linchamiento cuando las personas viven cazando formas de linchar a otras? ¿El denunciante solo trataba de llamar la atención o hacer chisme o arruinar vidas o empañar reputaciones? ¿Hasta que punto el que hace la denuncia pública es responsable del consecuente schadenfreude?


Las personas que han estado toda su vida en un lugar de vulnerabilidad, suelen acariciar el poder con tal devoción cuando al fin lo alcanzan, que cualquier intento de quitárselo es considerado opresivo, y es algo que no van a dejar de hacer, ni hoy ni mañana, ni en los próximos 100 años; digo, los pobres no van a dejar de comprar zapatillas caras solo porque los ricos les dicen que no pueden hacerlo y los hombres negros no van a dejar de vernos como de su propiedad ya que nunca han tenido derecho a eso... De la misma forma, Dairon no iba a dejar de aprovechar la oportunidad de evadir las consecuencias de sus acciones, después de todo, todos estamos hechos del mismo barro. La mayoría de los escraches a hombres violadores o abusadores en los que he participado han quedado en el limbo, y el agresor ha podido difuminar y relativizar sus faltas entre el schadenfreude y la victimización.


Mi problema con el escrache, abstraccionismo:


Ante la existencia de un delito punible, son irrelevantes las causas del acusador o el acusado (es decir, si una mujer dolida denuncia y prueba que su ex pareja la agredió solo cuando este la dejó, sigue existiendo el delito, independientemente de que lo utilice como una forma de manipulación, o en otras palabras, el complejo de la buena víctima). A las personas les encanta humanizar el delito, no nos concentramos en este en si, si no que vemos el cuadro completo, por ejemplo, si somos amigos íntimos de la abarrotera o si el ladrón de su tienda tuvo una niñez difícil, lo que da paso irremediablemente a la abstracción: Ya no se trata de las acciones de las personas, se trata de las personas, y el poder tiene el papel principal respecto a la forma en cómo percibimos a las personas. Es sin duda, algo problemático.


El objetivo del escrache feminista es el de quitarle poder al abusivo, ya que es el espacio público y el medio en el que se mueve el que se lo da (admiración, seguidores, influencia, etc...), es ese respaldo lo que en primer lugar lo lleva a hacer lo que no debía, si utilizas tu trabajo como justificación moral de tus acciones, lo mas obvio es que intenten quitártelo o desacreditarlo, y repito, a papaya dada, porque las personas abusivas con cierto grado de poder en sus círculos íntimos, no van a dejar de usar sus medios y herramientas para facilitar el depredar.


Nuestras relaciones interpersonales están plagadas de dinámicas de poder y eso es algo que no cambiará pronto; moldean, casi inconscientemente y de forma radical lo que tenemos como verdad, incluso si es una verdad tan obvia e indiscutible que si se tratara de otra persona no habría lugar a la duda y el escrache estaría mas que justificado.


Mi problema con el escrache, antiprogresismo:


Las personas antiprogres han decidido llamar a cualquier lucha social o síntoma de decencia humana básica "izquierda" (aunque se haya probado mil veces que no tienen nada que ver), y para nadie es un secreto que la misma "izquierda" se ve a sí misma como un cuerpo homogéneo, con los mismos problemas y necesidades en cualquier contexto. Es bastante frustrante e incluso peligroso escrachar a alguien que se considera progresista sin ser tildada de divisiva (suponiendo que te vaya bien), corres menos riesgo cuando lo haces con un abusador abiertamente ultraderechista... Si bien todos los que estamos inmersos o creemos en las luchas sociales pensamos que está bien escrachar al abusivo cuando el diálogo o la institución no son una opción, a la hora de la verdad, a nadie le gustaría estar en ese foco, nadie hizo nada, nadie lo merece, nada es para tanto, tu catarsis y tu historia es una pataleta que desaparece de la indignación pública al paso de los días...


A este punto es válido plantearnos ¿Cuando es necesario el escrache feminista? Para unos solo es válido si el delito existe pero no es procesado, para otros (como yo) es válido si existen pruebas y testigos de alguna forma de abuso independientemente de que esté o no tipificado como delito (y aquí el concepto de "abuso" no da para relativismos), también están los que escrachan a cualquier persona que les cae mal, y por supuesto, para los hijos de los boomers que no están familiarizados con ninguna forma de resistencia alternativa a la tradicional, es mejor lavar la ropa sucia en casa.


Ya definiendo el abuso, es necesario distinguir entre una persona abusiva que ocupa un lugar de poder, incluyendo a aliados o protegidos del poder (con o sin delito), y el abuso que proviene de un par, por ejemplo, el bullyng entre los niños negros de un bachillerato dentro de un territorio colectivo ancestral, jóvenes empobrecidos violentos dentro de un barrio de la periferia urbana, la preferencia sobre el hijo mas clarito de la familia, o agresiones entre mujeres de un mismo contexto. Entonces ¿Es necesario el escrache feminista dentro de un mismo entorno? Por mi parte, la respuesta nunca será "si", aunque a estas alturas muchos de ustedes piensen que soy una especie de monstruo irracional, como lo mencioné desde un principio, el escrache no es una solución radical. El problema principal es que cuando la respuesta es "no" se suele negar el abuso, el abusivo no ve la necesidad de reconocerse como tal o si quiera parar, porque no hay consecuencias (masoquismo). Los escrachados suelen ser personas potencialmente abusivas que no consideraron la posibilidad de conciliación si no hasta que se vieron expuestos. El escrache entonces nace de donde no hay autocuestionamiento (cuando se obliga al afectado a crear esos puentes se raya en la revictimización, no tiene nada que ver con el orgullo), y si la víctima es una persona reaccionaria o contestataria (serlo no es algo necesariamente malo en un mundo donde la inacción frente al abuso denota madurez), se entra a un círculo vicioso, y salir de ahí es un tanto difícil si la otra opción es sacrificarte a ti misma (impunidad).


Esto suponiendo, que cuando hablamos de justicia nos referimos a asumir las implicancias de nuestros actos, y no a la capacidad que tiene la víctima de obtener un cierre sano o a la capacidad que tiene el victimario de comprender lo que ha hecho, aspectos que el escrache no resuelve y que, realmente, requieren la búsqueda y análisis de soluciones alternativas que de ninguna forma anulan la necesidad del mismo.


El desastre nuclear de Chernobyl, si bien fue un error humano (y todos cometemos errores), las artimañas institucionales que se jugaron para que todo el asunto quedara dentro de sus fronteras y no se empañara la reputación de la revolución con un posible schadenfreude, no lo fue, de hecho, fue el principal causante de las pérdidas humanas. Hace tiempo comencé a evitar habitar espacios dogmáticos o de culto, (el complejo de "aldea"), no hay mayor enemigo para el pensamiento crítico que eso.


El suicidio no es un problema del escrache, por si pensó que omití ese punto. Preferir la muerta a admitir que se es abusivo es en sí mismo un acto de violencia, por mas cruel que suene, la mayoría de las víctimas son culpadas por el suicidio de sus agresores, y a nadie se le ocurre pensar que hay un error en todo eso (increíble).


Entonces ¿Solo los violadores o maltratadores deben ser públicamente denunciados? Realmente nunca me imaginé hacerme esta pregunta, 5 años atrás no me hubiera visto acudir a la denuncia -formal o informal- para tratar con abusadores de cualquier índole, irme a los puños era (y sigue siendo) algo más práctico, un mensaje directo sin espacio para la subjetividad "conmigo no te metas" y pare de contar; pero entonces llegó el feminismo y tenga, me volví mas susceptible a la persuasión, a sabiendas de que denunciar no me salvaría de quedar como un animal.


Nunca me verán cometer la misoginada de reducir la denuncia de una persona genuinamente abusada, al ostracismo, o al drama, incluso si la situación se dio entre pares, y no tengo una respuesta para eso, solo el testimonio de una experiencia traumática. Elegí sacrificarme a mi misma, elegí la impunidad, pero eso no significa que deba manipular a otras para que sigan ese camino. El abuso duele, duele mucho, y por mas que lo ignoremos la rabia se queda y crece con cada tropiezo, unos vamos a terapia para aprender a vivir con ella sin que nos lastime, otros fingen ser nihilistas mientras inconscientemente reparten micropedazos de odio con quienes les aprecian para no acumular pus y materia en su interior. Sea cual sea el final, el olvido nunca ha sido una opción, y es hasta ahora, lo único a lo que tenemos derecho, lo único que nos garantiza justicia.

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