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  • Foto del escritorAgustina la prende pueblo

Colorismo, el inquilino incómodo de la lucha contra el racismo.



El colorismo es uno de los tantos demonios del activismo pro-negro, que junto al patriarcado y el clasismo, atraviesan de forma visceral la lucha contra el racismo; es el ruido sordo y fastidioso que nadie quisiera escuchar mientras descansa cómodo en su zona de confort, la piedra en el zapato que amenaza la "armonía" y la "unidad" dentro de los ideales utópicos antirracistas, motivo en los últimos años, de disputas y duelos canónicos. Pero ¿Qué es realmente el colorismo? Para ponernos en contexto sobre colorismo comience leyendo "Cuando la apropiación cultural no es blanca", en donde explico de forma breve, por qué no se debe usar la racialidad como excusa para tomar y explotar elementos de un contexto geográficamente menos privilegiado y culturalmente diferente al nuestro ¿Por qué es necesario hablar de contextos? Porque la opresión no se vive de manera homogénea entre uno y otro cuerpo, tanto así que el racismo -siendo que afecta a todas las personas negras- no se vive de la misma forma si se tiene un tono de piel mas claro o mas oscuro, es entonces cuando nos encontramos con un compañero indeseable: El Colorismo.


Una de las principales excusas que se -sobre- utilizan para no hablar del problema (porque SI es un problema) es "No veo colores, veo personas", sin ser conscientes de que en el mundo real, ignorar el tono de la piel, invisibiliza las dinámicas de poder que se originan desde ahí, y al no existir un problema, convenientemente, no es necesaria una solución. Reconocernos diversos nunca ha sido el problema, el problema es que se cree un sistema de valoración social que priorice unos rasgos raciales sobre otros ¿Donde se originó el fenómenos? "El colorismo comenzó durante la esclavitud, cuando los negros de piel más oscura fueron relegados a los trabajos de campo y los de piel más clara, a menudo los hijos de dueños de esclavos (frutos de violaciones a esclavas), se les dio el trabajo en la casa. Por siglos, muchas personas negras interiorizaron la idea de que el negro de piel clara es mejor".


A diferencia del racismo cuyo concepto se refiere puntualmente al sistema socioeconómico que se sustenta en la supremacía racial blanca, el colorismo, que habita como problema social renuente de espacios no blancos, en palabras de Alice Walker "da un tratamiento perjudicial o preferencial a personas de la misma raza, basado únicamente en el tono de piel"; en pocas palabras, el colorismo es el privilegio de la piel clara sobre la piel oscura en un contexto racializado. Ese privilegio no solo viene dado por el color, también por la preferencia a ciertos rasgos tradicionalmente caucásicos o asociados al fototipo (también llamados "exóticos"), que si bien nacen del hibridismo racial o son propios de la diversidad negra, en un contexto donde estar cerca de la blanquitud te otorga privilegios, no dejan de ser delimitantes a la hora de ubicarnos en el mapa de la vida, o mejor, en el mapa del racismo.


Racismo y colorismo son dos problemas sociales distintos y los esfuerzos casi infrahumanos que hacemos al tratar de meterlos al mismo saco demuestran que, o estamos tan acostumbrados el cuestionamiento blanco que autocuestionarnos ya es de por sí una tarea titánica, o tenemos un miedo terrible a darnos cuenta de que el lugar que ocupamos tal vez no nos lo merecíamos y más si como personas negras nos lo han negado todo. He sido llamada muchas veces "esencialista" y "reduccionista" (hasta separatista) por explicar de forma directa y concisa, una realidad social sin dilatarla y relativizarla, tipos de violencia tan específicos que al final solo parecen ser claros para quien los vive; no se justifica cómo renombrados académicos niegan que el color de la piel de una persona es un hecho visual e irrefutable imposible de ocultar.


Ahora bien, uno de los mitos más discutidos es el de la medición de la negritud de quienes tienen el privilegio de la piel clara, o existen más osados que hablan de "negrómetros", como si mencionar un fenómeno -real y con consecuencias reales- fuera una especie de conspiración o invento sin fundamento contra las personas negras de piel mas clara. Aparte está, mi favorito personal, el argumento, supuestamente, decolonial, que desconoce la diversidad negra porque no existe (o no debería existir), pues algunas pensadoras -de piel clara- aseveran que la "raza" y sus tonalidades son construcciones sociales blancas que han sido impuestas a través de la colonización para dividirnos", confundiendo la raza como realidad biológica tangible, con el prejuicio social asociada a esta (una novatada épica). Pero el peor de todos es el que se describe en este post "El colorismo en el feminismo negro", en donde la autora muy atrevidamente resignifica el concepto amasándolo a su gusto, afirmando que el colorismo es una especie de flagelo que le niega la negritud a las personas negras de piel clara.


Todos estos mitos han sido creados para borrar la necesidad de abordar las relaciones de poder que se originan dentro de ese espectro. Y sobra decir que no son ciertos. El pajazo mental debe ser bien grave como para no entender que hablar de los privilegios que trae la piel clara en absoluto interrumpen los procesos de conscientización respecto al racismo y mucho menos niega que lo sufran, solo nos recuerda que hay personas que viven el racismo de manera distinta y que esas personas tienen derecho a definir sus propios espacios y a plantear soluciones desde ahí (separatismo).


Los estudios sociales toman fuerza en diversos escenarios mientras mas populares y conocidos se tornan los activismos como nicho de mercado. Esto es especialmente importante para entender por qué a la afrodiáspora le cuesta tanto hablar de colorismo; contrario a lo que se cree, nada tiene que ver con temer a la división, siendo esta una consecuencia natural de la misma diversidad; se trata más bien de cómo personas con notables ventajas sociales se benefician de ciertos espacios y/o escenarios a nivel económico, emocional y académico, valiéndose de la necesidad psicológica que las personas negras tienen de pertenecer a un lugar, un -no- lugar que por ninguna razón querríamos destruir, cosa que afecta de forma especial a la gente negra oscura.


La homogenización social está mas lejos del orden y mas cerca del control. Si bien tener objetivos claros y comunes es la piedra angular de la lucha antirracista, las realidades negras son distintas, y olvidar ese hecho fue lo que permitió en el pasado, que bajo una misma lengua, una misma religión, un mismo paradigma y una misma cosmovisión, fuéramos potencialmente susceptibles a vivir bajo mandatos hegemónicos. No tiene sentido hablar sobre hegemonías si las reforzamos cuando vemos que nos podemos beneficiar de ella, y es que si te estas lucrando con eso, de alguna forma, es apenas obvio, a cuestas de cualquiera, tratar de que no se desmorone.


Las consecuencias de negar -o justificar- el colorismo son bastante conocidas. Sin minimizar los derechos, talentos o tránsitos de nadie; podemos verlas en la industria musical negra, en la selección de pareja, en el cine y la televisión, en la academia o a la hora de buscar trabajo. Las personas que controlan estos medios (quienes ponen y quitan los lugares), tienen una extraña concepción sobre diversidad e inclusión, siendo así el diverso y el epítome la interculturalidad la persona de racialidad mixta.


¿Es necesario hablar de esto? Shankar Vedantam es el autor del libro, El cerebro oculto: De cómo nuestras mentes inconscientes eligen presidentes, controlan los mercados, auspician las guerras salariales y salvan nuestras vidas, le dijo al NYT en 2010: "Docenas de estudios de investigación han demostrado que el tono de piel y otras características raciales tradicionalmente caucásicas o mixtas desempeñan un papel poderoso en quién se adelanta y quién no. Estos factores determinan regularmente quiénes son contratados, quiénes son condenados, quiénes son elegidos y quienes mueren ". Es decir, las oportunidades que tenga una persona en la vida estarán delimitadas muchas veces por su tono de piel, más que por su origen racial.




Ni siquiera vivimos el colorismo de la misma manera cuando somos mujeres ¿Por qué parece ser que son las mas susceptibles a sufrirlo? Para ellos el problema no existe, no porque no lo vivan, o porque "ellos si son unidos y no andan cuestionándose todo", "no hablan de productos que funcionan en unas texturas u otras" como algunas creen; es mas bien por que no lo identifican, puesto que la blancura es en sí misma un estándar de la belleza y la belleza no es un valor que se les exija en la misma proporción en la que se les exije a las mujeres negras. De hecho las extranjeras los prefieren más oscuros, peliduros, con rastas, tattoos, peligrosos, misteriosos y de rasgos marcados, al punto en que ellas no sepan si entregarles la tanga o el bolso... (Excitante, no Becky?) Y es que el término nació a partir de las diferentes experiencias que las mujeres negras estaban teniendo con el racismo, ese hecho no se puede ocultar bajo la alfombra de la hermanda y la sororidad...


Podría catalogarse incluso como una forma de misogynoir, explicaría por qué, en el fondo nadie busca deshacerse/cuestionar la negritud del otro (fenotipo) en cambio si, celebrar "la diversidad" volviéndola más atractiva (fototipo), creando a su vez un problema de representación con las mismas consecuencias del anterior.



Que el colorismo se ensañe de forma especial con las mujeres negras, demuestra que el tono de la piel está profundamente ligado al mandato de la feminidad (y por eso las prefieren claritas, independientemente de si son, o no femeninas en la vida real, es una premisa que no dejarán de usar). No por gusto la industria cosmética es la principal beneficiaria del complejo siendo un hecho irrefutable el porqué las mujeres negras oscuras son sus principales consumidoras, desde las cremas aclaradoras faciales hasta los tratamientos de aclaramiento vaginal, las cuales están muy lejos de promover proyectos de investigación y desarrollo respecto al cuidado y las afecciones cutáneas típicas de cada tono de piel.


¿Estamos ante un nuevo corset? Cuando comencé mi proceso de formación política a través del cabello fue bastante obvia la preferencia que había dentro de la comunidad natural, sobre texturas como la mía; algo que hizo, y sigue haciendo difícil, el poder amar, tanto eso, como otras extensiones de mi cuerpo. Al final tuve que guardarme mis dudas y mis opiniones "muy politizadas" para mi misma y sin ningún tipo de apoyo, por temor a arruinar negocios y finales felices (no es la primera vez que me dicen obsesiva, al parecer).


La discusión está lejos de negar los méritos de las personas negras mas claras de piel, lo que si recalco y rescato cada vez que puedo es la necesidad de mirar hacia dentro y preguntarnos ¿Será que las otras no se esforzaron lo suficiente para estar ahí, contigo? Es una pregunta sencilla y fácil de responder ante un escenario de duda, lo único que explica su relativización y dilatación es el colorismo.

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